Dosier temático «Ciencias y conocimientos a prueba del Antropoceno: los nuevos modos de habitabilidad del planeta»

DOI10.22430/21457778.3025

PRESENTACIÓN

El Antropoceno es entendido como una nueva época geológica en la que nuestra especie y sus irreversibles impactos influencian todos los sistemas, incluyendo, principalmente, el ambiente y, en consecuencia, la posibilidad de habitar el planeta (Hamilton et al., 2015).

El maravilloso libro de Anna L. Tsing nos traza su controvertida trayectoria:

Los arqueólogos han apelado a un “largo Antropoceno” que rastrea los efectos de las actividades humanas, al menos desde la domesticación […]. Pero la gran mayoría de los otros especialistas de las ciencias naturales y humanas han preferido utilizar ese término para marcar la fuerza aplastante de los proyectos humanos modernos. (Tsing, 2022, p. 49)
Mientras que, desde el sur global, al debate sobre ¿cuándo ingresamos al Antropoceno? se le añaden dos cuestionamientos, el primero de carácter moral: ¿Quién tiene la culpa? para considerar que no basta con referirse a la humanidad entera porque es necesario imputar responsabilidades históricas que recaen precisamente sobre los países ricos. El segundo cuestionamiento, que Svampa (2019) resume con precisión, se concentra en superar la visión dualista en procura de enfoques más relacionales que exploren las formas de pensamiento no-occidentales sobre el fin del mundo.

Ante tanta incertidumbre, las ciencias han propuesto, en principio, abordajes disciplinarios. Las ciencias sociales y humanas se han esforzado por identificar los factores que ―en el territorio― profundizan los impactos de la crisis ambiental global, por determinar las consecuencias diferenciales que los eventos climáticos producen, y en últimas, se enfocan en implantar, recopilar y evaluar las políticas, las buenas prácticas, los mecanismos de adaptación, las estrategias de resiliencia y los dispositivos artísticos y literarios para narrar la magnitud de la crisis.

Los estudios de ciencia, tecnología y sociedad (CTS), particularmente, se han concentrado en las situaciones de negociación entre la realidad y la experiencia que el Antropoceno ocasiona, interesándose por las prácticas pedagógicas, las reacciones ciudadanas ante los nuevos problemas tecnocientíficos, los discursos de transición en el norte y el sur global, entre otros, profundizado en la forma en que múltiples actores definen, traducen y actúan ante las consecuencias ambientales que acarrea el Antropoceno. Sin embargo, lo que se destaca son las incertidumbres y la ignorancia, sean o no asumidas como tales, que pesan sobre los destinos cruzados entre humanos y no humanos (Mélard y Gramaglia, 2022).

Es decir, los CTS han tomado en serio los enigmas que plantea el Antropoceno: ¿cómo conectar el orden cosmológico con el orden humano? ¿Cómo vincular la historia de las ciencias de la tierra con la historia económica y sociocultural? (Svampa, 2019, p. 41). Y responden estimulando un inventario de modalidades de producción de conocimientos para la re-habitabilidad del planeta.

En consecuencia, los artículos del dosier temático de Trilogía se concentran en el nuevo régimen climático, sus zonas críticas (Latour, 2018), sus consecuencias socioambientales y su construcción social a futuro desde el enfoque CTS y de los estudios sociales del medio ambiente (environmental studies). El objetivo fue reunir artículos que dieran cuenta del giro copernicano al que asistimos con el Antropoceno cuando ―como humanidad― transformamos progresivamente la forma de relacionarnos con lo terrestre.

El dosier presenta los manuscritos de autores que narran sus experiencias investigativas o consignan sus reflexiones teóricas y esfuerzos metodológicos logrando mostrar la importancia de actuar en el ámbito local, allí donde los efectos del cambio climático se sienten cada vez, de manera diferente, según el entorno.

Se han subrayado tres necesidades urgentes de análisis; por un lado, la importancia de permanecer cerca de los problemas, es decir, de promover la reflexión sobre qué conocimientos y ciencias se necesitan en una nueva situación caracterizada por las presiones climáticas y sanitarias que, aunque globales, constituyen desafíos locales, en busca de saberes y de ciencias situadas (Mélard y Gramaglia, 2022).

En segundo lugar, se ha estimulado la importancia de identificar los aportes conceptuales, empíricos y metodológicos de las CTS y los estudios sociales del medio ambiente para el análisis de la producción de conocimientos.

Por último, se resalta la importancia de profundizar en la comprensión de las acciones administrativas, políticas, de salud, de educación y de innovación públicas, privadas y comunitarias implementadas de cara a las situaciones de crisis global y local.

En respuesta, la recopilación de artículos contribuyó a ampliar el panorama de interrogantes epistemológicos, aportes teórico-metodológicos y vías de reflexión ontológica a propósito de ¿cómo progresivamente aprendemos a vivir en las ruinas del capitalismo? O, en otras palabras, qué nos hace hacer el Antropoceno o cuál es su agency (Stengers, 2022; Biset y Naranjo Noreña, 2022).

El artículo Daños a la biodiversidad: las ciencias de la vida y ciencias humanas en un diálogo interdisciplinar reflexiona sobre cómo el estudio de los crímenes contra el medio ambiente en Bélgica provoca encuentros y desencuentros entre la criminología, las ciencias de la vida y las ciencias humanas, sus consecuencias, principalmente epistemológicas, ayudan a comprender el Antropoceno como «un período que hace un llamado al diálogo interdisciplinario, mientras cuestiona las relaciones “problemáticas” entre el ser humano y el entorno natural» (Hervé, citado en Scheer et al., 2023, p. 16). En medio de la dificultad que experimentan los expertos para transitar de las ciencias descriptivas de la vida a las ciencias interpretativas de la subjetividad humana, los autores relatan cómo, interesándose en los crímenes ambientales a la ocasión del proyecto CRIM-BIODIV Comportement criminel à l’encontre de la biodiversité, han contribuido a superar las posiciones formalistas, alrededor del delito ambiental, o positivistas, alrededor del daño ambiental, para privilegiar conceptos como el de transformaciones del ambiente, que sugiere la necesidad de una mayor negociación entre disciplinas y actores involucrados en la problematización del objeto.

Continuando en una línea reflexiva, el artículo Pragmatismo y tecnología en el fomento de la investigación y pensamiento crítico sobre cambio climático y Antropoceno describe los escenarios pedagógicos que se estimularon durante la pandemia del COVID-19 a partir del uso de aplicaciones tecnológicas como Google Earth en una escuela colombiana de ingeniería que se debatía a propósito del cambio climático, el Antropoceno y sus incertidumbres inherentes. La motivación del experimento es abiertamente ética, según el autor,

… es un imperativo categórico la no evasión y responsabilidad de quienes educamos en permitir que estas creencias y opiniones se puedan justificar crítica y racionalmente, entre muchas razones, porque los ciudadanos están en sus derechos y libertades de exigir la verdad de los peligros y riesgos de este consumismo. (Rincón Díaz, 2023, p. 9)

En consecuencia, el autor testea las reacciones de los ingenieros en formación ante la visualización de las transformaciones ambientales globales, lo que le sirve como pretexto para debatir sobre el rol de los juicios perceptivos, la abducción, las inferencias, los razonamientos lógicos y las prácticas justificatorias en la construcción intersubjetiva de las preocupaciones ambientales globales.

El artículo de investigación Aproximación al Antropoceno en el contexto del conflicto armado: el territorio como espacio de producción cognitiva, participación afectiva e imaginación discursiva propone un enfoque comparativo entre Colombia y República Democrática del Congo, ambos países tropicales, atravesados por grandes y caudalosos ríos, bioculturales y, lamentablemente, escenarios de conflictos armados históricos. En estos contextos, el artículo aborda una pregunta clave y recurrente en el sur global: ¿cómo pensar el Antropoceno a pesar de los evidentes problemas prioritarios que amenazan la existencia e integridad de las personas y de los territorios? Los autores sugieren, primero, una actitud de universalismo relativo, por ejemplo, cuando afirman que la violencia afecta tanto a humanos como a no-humanos. Además, aplican una cuidadosa atención a las acciones colectivas de resistencia en contra de los proyectos extractivistas, para describir cómo, en ambos países, el territorio encuentra sentido en elementos más que geográficos y esto se debe a la experimentación con dispositivos participativos que estimulan procesos colectivos cognitivos, afectivos y discursivos en favor de su defensa como espacio de interconexiones entre indisociables formas de vida.

En últimas, el artículo reflexivo Los supuestos de un deber ético en el Antropoceno: aportes desde el pensamiento decolonial latinoamericano revisa la tradición del pensamiento social occidental que le dio fundamentos a la crisis ambiental. Así, explora los argumentos de Manuel Arias Maldonado, Enrique Dussel, Aníbal Quijano y Arturo Escobar para sostener una perspectiva decolonial del concepto, centrada en el nacimiento moderno del Antropoceno y su carácter occidental. Para los autores, el término antropomodernoceno es más coherente a la luz de este debate debido a que permite tener en cuenta cinco transformaciones que ocurrieron en la modernidad solo a partir del descubrimiento de América: la confrontación con «el otro», la constitución del ego conquiro, el universalismo, el concepto de raza como discurso legitimador de la dominación y la colonialidad del saber. Esto, a su vez, confirma que las raíces del problema del Antropoceno se sitúan justamente en la modernidad y su imperialismo patriarcal blanco capitalista que solo se gestó durante la Conquista y la Colonia.

Este dosier de la revista Trilogía muestra cómo el Antropoceno pone a prueba las ciencias y los saberes, conduciendo necesariamente hacia enfoques interdisciplinares, transdisciplinares y relacionales, para conocer y manejar la crisis ambiental. Aunque las controversias sobre sus causas y responsables siguen siendo terreno de debate, y tomar una posición o replantear la pertinencia y la geopolítica del problema son ―con frecuencia― las líneas de reacción de los expertos en el tema, una tercera vía puede tornarse interesante: consiste en recopilar, estimular y narrar las experiencias, los conocimientos emergentes y los terrenos de vida de este peregrinaje terrestre de humanos y no-humanos hacia un nuevo Régimen ambiental. De lo contrario, restándole atención a la forma en cómo localmente se conoce y se actúa de cara al Antropoceno, puede ocurrir lo que el proverbio previene que «por falta de territorio el pueblo acabe por faltar» (Latour, 2017).

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